EN BUSCA DE LA OBRA DESDE HACE MÁS DE DOS SIGLOS
Las cuvées de la Casa Louis Roederer nacen de la confrontación paciente con los elementos, de una reunión de talentos, de una ciencia de los equilibrios, de una uva resistente y generosa, arraigada en la tierra de Champagne…Así nace un vino con un alma solar y una elegancia cristalina.
UNA DE LAS ÚLTIMAS CASAS DE CHAMPAGNE FAMILIAR E INDEPENDIENTE
Heredero de la Casa de Champagne en 1833, Louis Roederer, esteta y empresario, toma la decisión visionaria de ampliar su viñedo para controlar todas las etapas de la elaboración del vino. Así forja un estilo, un espíritu y un gusto singulares. A mediados del siglo XIX, al adquirir viñas escogidas con instinto y eclecticismo en las tierras de los Grand Crus de Champagne, Louis Roederer actúa a contracorriente de los usos y las costumbres de su época.
Mientras los demás compran uvas, Louis Roederer cuida su viñedo, descifra el carácter de cada parcela y adquiere metódicamente las mejores. Con la idea de que un gran vino tiene su origen en la tierra, con el amor por la tradición y la pasión del futuro, Louis Roederer traza así un destino excepcional para la Casa que, desde ese momento, llevará su nombre. Su sucesor, Louis Roederer II, está motivado por la misma visión paciente del champagne, la misma concepción patrimonial de la finca, la misma audacia instintiva.