CORAZÓN ANTES QUE TODO
La tierra, como la viña, necesita mucho amor para crecer de una cierta manera. Es emocional, un modus operandi clave para nosotros, que nos permite obtener un resultado óptimo después de muchas horas de trabajo y cuidado en nuestra bodega.
Nos preocupamos, además, por el entorno que tanto interviene en nuestros vinos: el sol de cada mañana, los insectos que merodean entre las piedras, los pájaros que anidan en los pinos, y hasta las amapolas que son polinizadas por las abejas.
Estamos situados en Fontanars dels Alforins , un pueblo pequeño (800 habitantes) que se encuentra en el sur de Valencia y norte de Alicante a 630 mts. de altura sobre el nivel del mar. Clima mediterráneo de interior, seco y en armonía con otros cultivos como el cereal, almendro y olivos.
Nuestros vinos reflejan este mimo y este ambiente, ese sol que tiene el Mediterráneo, la calidez de nuestro clima y la altura de nuestras sierras.
PASANTE EN…
cada única parcela que cultivamos.
Por la vida pasamos aprendiendo de todo aquello que nos rodea, disfrutando y gozando de aquello que nos apasiona. En realidad, todos somos pasantes de nuestra tierra. Y en particular, nosotros tratamos de interpretar la uva que cultivamos y el suelo que nos ha tocado vivir para así poder dejar nuestro legado a las siguientes generaciones.
UNA FÓRMULA SENCILLA
Siempre hemos apostado por la mínima intervención, tanto en el cultivo como en la elaboración, como proceso para obtener un buen vino. La sencillez y el sentido común nos brindan una relación duradera con la naturaleza a largo plazo, que nosotros podemos resumir en una sola palabra: Amor .
Por lo que hacemos, por lo que esta pasión significa en nuestras vidas, por la satisfacción de un producto que merece la pena.